El Acuarista como Naturalista
Por el Dr. Robert Rice
Nota del traductor: el siguiente texto ha sido adaptado del original en inglés para adecuarlo más a nuestra realidad argentina, pero el espíritu del artículo se mantiene intacto.
En los primeros días del acuarismo comercial (1900), las especies autóctonas eran lo máximo a aspirar por la mayoría de nosotros. No se podía afrontar la compra de especies como escalares o discus, incluso aun si las conocíamos. Nuestro conocimiento de sus requerimientos eran bastante limitados, no había filtros, electricidad, alimentos preparados, o cualquiera de los lujos que hoy damos por hecho. Sin embargo aún con estas limitaciones el hobby crecía y prosperaba. Nuestros peces locales comenzaron y mantuvieron el hobby feliz por una o dos décadas.
Entonces llegaron los peces exóticos y las ganancias asociadas a su importación. De repente, por el final de los años 30, los peces autóctonos fueron desplazados por lebistes y todo lo que vino después. Con su decadencia en el negocio acuarístico, el acuarista que también era un naturalista se convirtió en un dinosaurio. Una interesante pero inútil reliquia de los días pasados. Lo mismo sucedió con tantas especies coloridas y de nombres únicos como el Discus de Jersey y el Cíclido de Kansas.
Hoy en día, 70 años después, el negocio del acuarismo ha completado un ciclo. Para la sorpresa de muchos importadores de peces tropicales, más y más acuaristas se sienten desilusionados con el actual ciclo de importación y explotación. Hemos elegido volver a nuestras raíces, a la forma que el acuarista comenzó un siglo atrás.
Cada vez más acuaristas pasan su tiempo libre estudiando las aguas locales en busca de especies adecuadas para el acuario.
Como consecuencia, el acuarista se sorprende a si mismo al descubrirse como Naturalista. No fue nuestra intención (por lo menos en mi caso) pero es imposible pasarse horas en el campo buscando y estudiando los recursos naturales sin ser afectado. De las misma forma que Aldo Leopold comenzó hace más de 70 años, fuimos a tomar cosas de nuestros lugares naturales y estos tomaron algo de nosotros (apatía e ignorancia en mi caso).
En el libro editado en 1955 por el Dr. H. Axelrod " Atlas de los peces de Acuario" casi 100 páginas contienen consejos sobre viajes de recolección, ictiología e identificación de peces. Aproximadamente 45 de las 600 especies mencionadas son locales a Norteamérica. Esta claro que en esos días existía una pizca de naturalistas en la mayoría de los acuaristas serios. Desde esos tiempos, la afición ha cambiado mucho junto con la mentalidad del acuarista. Nos hemos convertido en turistas en nuestra propia tierra. Pregúntele a cualquier acuarista el nombre de una especie local. Se sorprenderá de la cantidad de gente que no puede responderle. Cuando fue la última vez que usted leyó algo sobre viajes de recolección en una revista?
Se ha reducido el hobby a una forma de entretenimiento pasiva y estéril como la televisión?, espero que no.
Creo que dentro del hobby un nuevo movimiento ha comenzado a patear el tablero, una nueva generación de acuaristas que piensa que las cosas se pueden hacer mejor. Esta generación esta redescubriendo las viejas raíces y en el proceso rescribiendo algunos de los roles tradicionalmente reservados a los biólogos profesionales.
Esta nueva generación se ha convertido en una fuerza activa en la preservación de especies en peligro. Esta generación se ha convertido en naturalistas!
Tenemos una oportunidad única en nuestro país. Podemos llenar nuestros acuarios con hermosos peces que son la envidia del mundo. No nos cuesta más que un placentero viaje a alguna laguna o rió local y una licencia de pesca. Hemos ignorado por demasiado tiempo esta oportunidad. Los acuaristas rara vez se aventuran más allá de un acuario comercial. Lo digo sin dudar: debemos!
Permítanme compartir un pequeño ejemplo personal del impacto que un solo acuarista puede tener. Hace poco más de dos años estaba recolectando peces en uno de mis arroyos favoritos de Kansas. Este arroyo en particular posee una hermosa variedad de pez flecha especialmente adecuada para el acuario. Mientras trabajaba con las redes, comencé a notar que algunos peces se movían en forma letárgica hacia la superficie. Wow, pensé, peces gratis, que suerte! Los junte con mi mediomundo rápidamente depositándolos en baldes para seguir luego con la búsqueda. Volví a los baldes 5 minutos después para dejar otros peces y todos estaban muertos. De repente me di cuenta de lo que estaba pasando. Había alguna sustancia en la corriente moviéndose aguas abajo matando todo a su paso. Tome todo mi equipamiento y maneje lo más rápido que pude rió abajo, con la esperanza de recolectar algunos peces sanos y salvarlos de la muerte segura. Conduje algo más de 2 Km. y me puse en forma frenética a recolectar cuanto pez pudiera. Cuando la sustancia alcanzo mi lugar, pude presenciar el ***** espectáculo de aguas de olor fétido y llenas de cadáveres. Avise de las muertes a las autoridades y dos semanas después devolví los sobrevivientes al rió. Si un acuarista no hubiera estado en esas aguas, esta variedad única de pez se hubiera perdido irremediablemente y para siempre.
El gobierno federal reconoce el rol que el acuarista amateur puede jugar en la preservación de especies. Los acuaristas observan a los peces desde una micro perspectiva, identificando su comportamiento, formas de reproducción y mantenimiento. Los biólogos observan desde una macro perspectiva, donde lo importante es el manejo de recursos, dejando de lado estos conocimientos. Juntos, los acuaristas y biólogos tienen una excelente oportunidad al alcance de la mano. Piense en el impacto si cada uno de los clubes de acuarismo mantuviera y reproduciera una especie local. Si se tomaran el tiempo en documentar sus descubrimientos para ponerlos a disposición de los biólogos y universidades locales. En el impensable pero probable caso de alguna catástrofe ecológica, existiría una fuente disponible para repoblar las aguas locales!
En estos días de degradación de habitats naturales el acuarista debe tomar una posición más activa. Muchos de nosotros sabemos que existe una forma mejor. Los acuaristas gastan literalmente millones de dólares al año en su hobby. Es hora que desviemos algo de ese capital a nuestra aguas locales. En vez de comprar otra pareja más de ciclidos foráneos, intente algo realmente diferente.
Pruebe comprar una red. Se enamorará de los paisajes locales y sorprenderá de lo que puede encontrar.
Piense en el tremendo cambio que ocurriría en el movimiento ecologista si un pequeño porcentaje de los acuaristas, digamos un 3 %, se involucrara en mantener, recolectar y criar peces autóctonos. Tristemente, solo unas docenas de acuaristas en todo Norte América están marcando la diferencia a través de la propagación de especies amenazadas. Debo preguntar porqué? Ciertamente, el problema no es la falta de conocimientos: es la falta de compromiso. La elección es suya. Es tiempo de ocuparse, por lo tanto salga de la silla, agarre una red y explore sus aguas locales.
Por el Dr. Robert Rice
Nota del traductor: el siguiente texto ha sido adaptado del original en inglés para adecuarlo más a nuestra realidad argentina, pero el espíritu del artículo se mantiene intacto.
En los primeros días del acuarismo comercial (1900), las especies autóctonas eran lo máximo a aspirar por la mayoría de nosotros. No se podía afrontar la compra de especies como escalares o discus, incluso aun si las conocíamos. Nuestro conocimiento de sus requerimientos eran bastante limitados, no había filtros, electricidad, alimentos preparados, o cualquiera de los lujos que hoy damos por hecho. Sin embargo aún con estas limitaciones el hobby crecía y prosperaba. Nuestros peces locales comenzaron y mantuvieron el hobby feliz por una o dos décadas.
Entonces llegaron los peces exóticos y las ganancias asociadas a su importación. De repente, por el final de los años 30, los peces autóctonos fueron desplazados por lebistes y todo lo que vino después. Con su decadencia en el negocio acuarístico, el acuarista que también era un naturalista se convirtió en un dinosaurio. Una interesante pero inútil reliquia de los días pasados. Lo mismo sucedió con tantas especies coloridas y de nombres únicos como el Discus de Jersey y el Cíclido de Kansas.
Hoy en día, 70 años después, el negocio del acuarismo ha completado un ciclo. Para la sorpresa de muchos importadores de peces tropicales, más y más acuaristas se sienten desilusionados con el actual ciclo de importación y explotación. Hemos elegido volver a nuestras raíces, a la forma que el acuarista comenzó un siglo atrás.
Cada vez más acuaristas pasan su tiempo libre estudiando las aguas locales en busca de especies adecuadas para el acuario.
Como consecuencia, el acuarista se sorprende a si mismo al descubrirse como Naturalista. No fue nuestra intención (por lo menos en mi caso) pero es imposible pasarse horas en el campo buscando y estudiando los recursos naturales sin ser afectado. De las misma forma que Aldo Leopold comenzó hace más de 70 años, fuimos a tomar cosas de nuestros lugares naturales y estos tomaron algo de nosotros (apatía e ignorancia en mi caso).
En el libro editado en 1955 por el Dr. H. Axelrod " Atlas de los peces de Acuario" casi 100 páginas contienen consejos sobre viajes de recolección, ictiología e identificación de peces. Aproximadamente 45 de las 600 especies mencionadas son locales a Norteamérica. Esta claro que en esos días existía una pizca de naturalistas en la mayoría de los acuaristas serios. Desde esos tiempos, la afición ha cambiado mucho junto con la mentalidad del acuarista. Nos hemos convertido en turistas en nuestra propia tierra. Pregúntele a cualquier acuarista el nombre de una especie local. Se sorprenderá de la cantidad de gente que no puede responderle. Cuando fue la última vez que usted leyó algo sobre viajes de recolección en una revista?
Se ha reducido el hobby a una forma de entretenimiento pasiva y estéril como la televisión?, espero que no.
Creo que dentro del hobby un nuevo movimiento ha comenzado a patear el tablero, una nueva generación de acuaristas que piensa que las cosas se pueden hacer mejor. Esta generación esta redescubriendo las viejas raíces y en el proceso rescribiendo algunos de los roles tradicionalmente reservados a los biólogos profesionales.
Esta nueva generación se ha convertido en una fuerza activa en la preservación de especies en peligro. Esta generación se ha convertido en naturalistas!
Tenemos una oportunidad única en nuestro país. Podemos llenar nuestros acuarios con hermosos peces que son la envidia del mundo. No nos cuesta más que un placentero viaje a alguna laguna o rió local y una licencia de pesca. Hemos ignorado por demasiado tiempo esta oportunidad. Los acuaristas rara vez se aventuran más allá de un acuario comercial. Lo digo sin dudar: debemos!
Permítanme compartir un pequeño ejemplo personal del impacto que un solo acuarista puede tener. Hace poco más de dos años estaba recolectando peces en uno de mis arroyos favoritos de Kansas. Este arroyo en particular posee una hermosa variedad de pez flecha especialmente adecuada para el acuario. Mientras trabajaba con las redes, comencé a notar que algunos peces se movían en forma letárgica hacia la superficie. Wow, pensé, peces gratis, que suerte! Los junte con mi mediomundo rápidamente depositándolos en baldes para seguir luego con la búsqueda. Volví a los baldes 5 minutos después para dejar otros peces y todos estaban muertos. De repente me di cuenta de lo que estaba pasando. Había alguna sustancia en la corriente moviéndose aguas abajo matando todo a su paso. Tome todo mi equipamiento y maneje lo más rápido que pude rió abajo, con la esperanza de recolectar algunos peces sanos y salvarlos de la muerte segura. Conduje algo más de 2 Km. y me puse en forma frenética a recolectar cuanto pez pudiera. Cuando la sustancia alcanzo mi lugar, pude presenciar el ***** espectáculo de aguas de olor fétido y llenas de cadáveres. Avise de las muertes a las autoridades y dos semanas después devolví los sobrevivientes al rió. Si un acuarista no hubiera estado en esas aguas, esta variedad única de pez se hubiera perdido irremediablemente y para siempre.
El gobierno federal reconoce el rol que el acuarista amateur puede jugar en la preservación de especies. Los acuaristas observan a los peces desde una micro perspectiva, identificando su comportamiento, formas de reproducción y mantenimiento. Los biólogos observan desde una macro perspectiva, donde lo importante es el manejo de recursos, dejando de lado estos conocimientos. Juntos, los acuaristas y biólogos tienen una excelente oportunidad al alcance de la mano. Piense en el impacto si cada uno de los clubes de acuarismo mantuviera y reproduciera una especie local. Si se tomaran el tiempo en documentar sus descubrimientos para ponerlos a disposición de los biólogos y universidades locales. En el impensable pero probable caso de alguna catástrofe ecológica, existiría una fuente disponible para repoblar las aguas locales!
En estos días de degradación de habitats naturales el acuarista debe tomar una posición más activa. Muchos de nosotros sabemos que existe una forma mejor. Los acuaristas gastan literalmente millones de dólares al año en su hobby. Es hora que desviemos algo de ese capital a nuestra aguas locales. En vez de comprar otra pareja más de ciclidos foráneos, intente algo realmente diferente.
Pruebe comprar una red. Se enamorará de los paisajes locales y sorprenderá de lo que puede encontrar.
Piense en el tremendo cambio que ocurriría en el movimiento ecologista si un pequeño porcentaje de los acuaristas, digamos un 3 %, se involucrara en mantener, recolectar y criar peces autóctonos. Tristemente, solo unas docenas de acuaristas en todo Norte América están marcando la diferencia a través de la propagación de especies amenazadas. Debo preguntar porqué? Ciertamente, el problema no es la falta de conocimientos: es la falta de compromiso. La elección es suya. Es tiempo de ocuparse, por lo tanto salga de la silla, agarre una red y explore sus aguas locales.